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¿Qué es la retinopatía diabética?



Es una microangiopatía que afecta a arteriolas capilares, vénulas poscapilares y capilares; incluye la oclusión y fuga a partir de vasos retinianos y puede producir edema macular y, en fases más avanzadas, angiogénesis y acumulaciones de vasos muy permeables.

“La disfunción de la retina en pacientes diabéticos debe verse como un cambio en la unidad neurovascular retiniana”, asegura David Antonetti; cabe aclarar que esta unidad funcional está formada por la relación estructural y bioquímica entre neuronas, células de la glía y vasculatura en la retina, las cuales son muy interdependientes y permiten la homeostasis de energía y la regulación de la neurotransmisión, la interacción de célula glial y pericito, además de que las interacciones neuronales posibilitan la formación de la barrera hematoencefálica y hematorretiniana, que controlan el flujo de líquidos y metabolitos al parénquima neural. De esto se desprende que los nuevos blancos para el tratamiento de este padecimiento deben enfocarse en el tratamiento de las disfunciones vascular y neuronal.


La retinopatía diabética (RD) es la principal causa de ceguera en el mundo, después de la catarata. Se ha encontrado que 20% de los pacientes apenas diagnosticados con DM2 tiene algún grado de retinopatía diabética, cifra que aumenta hasta más del 60% después de 20 años de evolución. En individuos con DM1, la prevalencia de retinopatía diabética es rara al momento del diagnóstico, pero cerca del 90% de ellos la presenta después de 15 años. En muchas ocasiones cursa asintomática, hasta que se encuentra en un estado muy avanzado.


El edema macular se considera el hallazgo clínico relacionado de manera más directa con la pérdida de la visión. El riesgo de aparición de deficiencia visual y ceguera se puede reducir si se establece un control glucémico adecuado, además de disminuir o controlar factores de riesgo adjuntos, como hipertensión, hipercolesterolemia, nefropatía y obesidad. La retinopatía diabética se puede clasificar en dos etapas: la retinopatía diabética no proliferativa en un estadio temprano y la proliferativa, a la cual se llega si el trastorno no se controla.


Cuadro clínico. Los pacientes con retinopatía diabética en estadios tempranos suelen encontrarse asintomáticos. A medida que avanza este trastorno, la razón por la que el sujeto acude a la consulta es una disminución o pérdida de la agudeza visual, secundaria la mayoría de las veces al edema macular.


Diagnóstico. La retinopatía diabética se diagnostica mediante la historia clínica y el estudio oftalmológico completo, incluida la revisión bajo midriasis de la retina. Se establece una clasificación en estadios de acuerdo con los hallazgos clínicos identificados.

Además, los hallazgos clínicos se pueden complementar con estudios de imagen oftalmológica, como la angiografía de fluorescencia, que suministra indicios de la magnitud de las zonas isquémicas presentes en la retina al delinear la perfusión proporcionada por los vasos sanguíneos a esta área del ojo.


Tratamiento. El tratamiento de primera línea para la retinopatía diabética y el edema macular en cualquier etapa consiste en modificaciones al estilo de vida: ejercicio, supresión del tabaquismo, control glucémico adecuado, así como un control de la presión arterial, lípidos en sangre e índice de masa corporal.



Balderas I. Diabetes, obesidad y síndrome metabólico, un abordaje multidisciplinario. 1st ed. México, D.F.: El manual moderno; 2015.


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©2022 por Juan José Rodríguez estilo de vida.

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